15 de abril de 2010

Ficha 17: Una misión que cumplir

La FE en Jesús va unida a la MISIÓN. Personalizar el evangelio culmina en ser para los demás.


1. MISION significa:
Conciencia clara de que es Dios el Señor de la historia y, por lo tanto, que la vida humana está habitada por su presencia salvadora, incluso en los peores momentos.
*Que Dios es Alguien personal que nos llama por nuestro nombre a cumplir una misión concreta.
*Que cualquier misión, aunque parezca insignificante, es de infinito valor si es Su Voluntad.
*Que lo importante no es la perfección de la tarea, sino la obediencia de amor, aunque seamos torpes.

"Nosotras, hija mía, no sabemos lo que podemos, porque somos miserables; pero si la fuerza de la gracia del Señor impera en nosotros, somos para algo y valemos lo qeu Dios se sirve poner...
Si V.C. coopera a la gracia, que no le faltará, proque Dios espera que pidamos, y según la fe de V.C. Él hará; si su fe no llega más que a tener salud para barrer, el Señor le dará hasta allí..."
ANA MARÍA JANER (JOI pág. 135)



2. ¿Por qué nos cuesta tanto personalizar nuestra misión?
  • Porque pensamos que se trata, sobre todo, de acertar, cuando lo importante es vivir de cara a Él, buscando en todo su voluntad, ya que él no nos garantiza acertar, sino ser fiel y estar con nosotros.
  • Porque personalizar la misión es fruto de un proceso de transformación, en que experimentamos que la vida consiste en ponerla en sus manos a la luz de la experiencia personalísima de ser amado y llamado exactamente yo, con mi probreza.
  • Porque valoramos más gratificación en la eficacia que en el humilde servicio al Señor y al prójimo.

3. Lee y ora con Mc. 16

Jesús ha RESUCITADO! La buena noticia ha de ser gritada al mundo entero.
¿Cómo? Con nuestra vida, en primer lugar. Allí donde el Señor nos ha puesto en la vida.El evangelio promete el cumplimiento de los signos anunciados para los últimos tiempos: liberación de los poderes que esclavizan al hombre; renovación de la humanidad; cielos nuevos y tierra nueva. Si has experimentado en tí mismo que las promesas son verdad, si ha llegado a tí la salvación por la fe en Jesús, entonces tienes una palabra que decir a los hombres de parte del Resucitado.

4. Algunas referencias concretas:

  • Comienza por cumplir tu misión ordinaria, tu tarea de cada día, y llenala de un nuevo sentido. El Reino se realiza donde estás tú, si intentas crear un ámbito de libertad, justicia y verdad.
  • No se trata de sermonear, sino de percibir la soledad, el dolor y la ceguera de los hombres, para dirigir una palabra de esperanza al corazón. ¿Has vivido alguna situación de éstas?
  • ¿Te cuesta mostrarte como cristiano? ¿Por qué?
  • ¿Has vivido últimamente alguna frustración en tus proyectos, precisamente los que sentías como misión? ¿Cómo has elaborado esta frustración?

5. Ilumina esta oración con las siguientes lecturas:

* NMI Nº 35 Id por todo el mundo. Nº 40 Anuncio de la Palabra.

CON OJOS JANERIANOS
La situación del mundo en el que nos hallamos inmersos y al que somos enviados y debemos servir, presenta unas características que hemos de tener en cuenta si queremos ser fieles al carisma de Ana María Janer.
Para comprender el sentido de nuestra misión debemos volver la mirada hacia el punto original: la experiencia de la encarnación del Verbo de Dios.
Nuestra misión ha de ser una respuesta a las circunstancias concretas, en las que se manifiesta lo que la voluntad divina nos pide en cada momento. Esto exige un sentido de adaptación y de flexibilidad que nos obliga a buscar de modo permanente lo que a Dios más le agrada, con el objetivo de dar la respuesta más adecuada según el carisma fundacional de Ana María Janer.
(cfr. CEM 4.4)

17 de noviembre de 2009

Ficha 16: Fe inicial y Fe adulta

"Señor, aumenta nuestra fe"

1. Vendría bien, según vamos terminando este ciclo, mirar retrospectivamente el proceso vivido y distinguir las fases más significativas:

a) El paso de una fe "sociológica" a una fe personalizada, pero inicial.

Algunas pistas de discernimiento:
-La fe sociológica consiste en una mera asimilación pasiva de creencias aceptadas en el contexto social en que uno vive. La fe personalizada implica un cuestionamiento personal y el intento de comprometerse vitalmente en un proceso.
-Aquélla se almienta de esquemas preestablecidos. Ésta exige una síntesis propia, que pasa por el espíritu crítico.
-Aquélla se da de una vez por todas, no desencadena cambios. Ésta es dinámica y produce cambios de la persona a todos los niveles, interiores y de conducta.

b)El paso de una fe inicial a una fe fundamentada.
En aquélla la persona se alimenta de su búsqueda. En ésta siente que ha sido encontrada.
-Aquélla depende de sistemas de seguridad (autojustificación, control de la vida espiritual, eficacia en el compromiso por los demás...). Ésta ha descubierto la gratuidad del amor de Dios y se ha liberado de la ansiedad de poseer obras, méritos, metas...
-Aquélla se debate entre extremos: por un lado, crecer en autonomía humana; por otro, abandonarse en las manos de Dios. Ésta ha hecho la síntesis de contrarios: mi libertad consiste en hacer la voluntad de Dios.

c) El paso de una fe fundamentada a una fe adulta.
-Aquélla todavía proyecta desde el deseo de autoplenitud, de perfección espiritual, de experiencia sentida , de transformación comprobada del mundo. Ésta se encuentra pacificada desde la desapropiación. La esperanza se nutre del cada-día, en humilde abandono.
-Aquélla ama generosa, pero interesadamente. Ésta nace en el corazón de Dios, más allá de la gratificación o de la eficacia. Aquélla tiene miedo al sufrimiento. Ésta ha encontrado su tesoro oculto.

2. Leer y orar con Jn 13, 36-38; 16,16-24; 21, 15-19

La figura de Pedro nos retrata a todos. El evangelista Juan insiste en la necesidad que tiene el discípulo de pasar de una inteligencia demasiado "humana" (aunque tenga el brillo de la generosidad engañosa de Pedro de morir or el Maestro) a la verdadera inteligencia de la fe en Jesús, que exige pasar por la muerte y resurrección de Jesús.
Dicho claramente: Nadie puede seguir a Jesús. Éste ha de quedarse solo, asumiendo el pecado del mundo, la traición y abandono de sus discípulos. Él mismo, Jesús, ha de crear la respuesta del discípulo a partir de su muerte y resurrección. La fe pascual, por ello, está representada por Pedro: nace de la nada, de su pecado, como don del Resucitado.
Ése es el contraste entre la arrogancia de Pedro la víspera de la Pasión ye l diálogo que sigue a la pesca milagrosa, tan humilde. Sin duda, es uno de los signos más claros de la fe adulta: la que no se apoya en sí, sino en el amor fiel del Señor.

De ahí la paradoja característica de la antropología cristiana: que el máximo de adultez se da en el máximo de infancia.
-Pero no se trata de la infancia primaria, de quien no quiere ser responsable de sus actos, sino de la infancia reconquistada, que supone descubrir como fuente de la propia responsabilidad la soberanía de la Gracia.
-Ni de la infancia que busca protegerse en Dios, porque no acepta los conflictos de la realidad, sino de la simplicidad del corazón, que ha aprendido a asumir la vida desde la confianza incondicional en Dios.
-Ni de la infancia que sueña fantasías, sino de la lucidez de la esperanza cristiana, que da sentido a todo, a la finitud, al fracaso y al pecado mismo, porque somos hijos de Dios y estamos en buenas manos, nuestro Padre omnipotente y salvador.
3. Terminar orando:

-A la luz del Salmo 131 (130) o de Mt 6, 25-34.
-Expresar el deseo más íntimo que tiene cada uno de esta vida de fe adulta. Dar gracias, desde la conciencia agradecida de que el don de Dios es siempre más grande de lo que nosotros experimentamos.

4. Iluminá tu reflexión con las siguientes lecturas:

* Christifideles laici Nº57 Madurar continuamente. Nº58 Descubrir y vivir la propia vocación y misión
CON OJOS JANERIANOS:
Los laicos, viviendo en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social, a modo de fermento, dan testimonio de que la transformación del mundo es posible. De aquí surge la necesidad de integrar a los laicos en nuestra acción pastoral. Las hermanas, para quienes la Sagrada Familia es modelo de vida y fuente de espiritualidad, trabajan para que también los laicos encuentren en la Sagrada Familia la inspiración y estímulo a fin de hacer presente y operante el Evangelio en las circunstancias en que, sólo a través de ellos, puede llegar. (Líneas generales de nuestra acción apostólica, documento congregacional).

19 de agosto de 2009

Ficha 15: La IGLESIA casa de COMUNIÓN

1. La Iglesia es el ámbito donde crece y madura la fe.

Te invito a mirar tu historia de creyente y distinguir las etapas o fases:
-¿cómo ha ido cambiando tu modo de sentir a la Iglesia?
-¿cuándo te sentiste o te sentis Iglesia? Concretá en qué momentos y cómo.

2. Lee y rezá con Hechos 1-2

-Mira por encima de lo anecdótico-milagroso el acontecimiento salvador que realiza el Espíritu Santo, al suscitar una comunidad de hombres convocados por la Palabra y que, bautizados en la muerte y resurrección de Jesús, realiza el proyecto de Dios en la nueva humanidad.
-Evidentemente, Lucas traza una imagen ideal de la Iglesia, que no existió entonces ni existe ahora. ¿Deja por eso de existir esa comunidad, Pueblo de Dios de los últimos tiempos, que, en medio de la historia, es signo del señorío de Jesús Resucitado y de la fuerza victoriosa de su Espíritu?
-¿Qué aspectos te han llamado más la atención en esos capítulos?

3. Escribe en una hoja dónde percibís que, efectivamente, la Iglesia es signo del Reino de Dios en la historia, y que, precisamente como signo, no es algo que se impone: exige más bien OJOS DE FE.

4. Pregunta crucial: ¿Qué serías tú sin Iglesia?

No es una pregunta genérica. Imaginate que no hubieses conocido a Jesús ni su Evangelio...

5. Después de tantas preguntas, rezá con la Iglesia. Hay muchos modos de hacerlo. El principal: la Eucaristía. Otro, que el cristiano va descubriendo poco a poco: es el Credo. Es el símbolo de nuestra fe, la expresión de nuestra identidad.

Somos la IGLESIA que:

*CREE en Dios Padre, creador de todas las cosas;

*CELEBRA la historia de la Salvación realizada en Cristo muerto y resucitado; que ha recibido la vida del Espíritu para inaugurar en el mundo, entre luces y sombras, el proyecto de Dios sobre el hombre; que nos unimos por la misma fe, el mismo bautismo, la misma esperanza; que hemos conocido el maor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amor fiel, que quiere manifestarse a través de nosotros, construyendo un mundo nuevo, anticipo del futuro.

6. Interioriza y profundiza este tema con las siguientes lecturas que te ayudarán a comprender qué es la Iglesia:

*Christifideles laici (de Juan Pablo II)
Nº 18-19 El misterio de la Iglesia-Comunión. El Concilio y la eclesiología de la comunión.

*Novo Millennio Ineunte (de Juan Pablo II)
Nº 43 Espiritualidad de Comunión.

CON OJOS JANERIANOS!!!

Movidos por este espíritu, nos sentimos llamados a vivir, a semejanza de la Sagrada Familia, el amor trinitario, constituido por la diferencia personal y la unidad de un único y mismo Ser.
Del misterio de la Sagrada Familia, como lugar teológico donde el Verbo de Dios "se hizo carne y puso su morada entre nosotros", donde se manifestó la comunión del amor trinitario, recibimos el sentido de pertenencia y el estilo particular de comunidad y de misión que nos identifica y nos distingue.
Cf. CEM 2.4

18 de julio de 2009

Ficha 14: Siii Jesús está Resucitado!

¡JESÚS VIVE, RESUCITO!

1. Ésta es la Buena Noticia:

- que da sentido al sin sentido;
- que ha inaugurado el Reino de Dios;
- que demuestra que Dios está definitivamente a favor del hombre;
- que nada está perdido y todo será recobrado;
- que Dios mismo se entrega para ser vida eterna del hombre.

Dicho así, ¿no volvemos a hacer de la fe una ilusión?
Sin embargo, la fe en la Resurrección trasciende de tal modo lo que nosotros podemos comprobar humanamente (la victoria de la libertad sobre la esclavitud, de la solidaridad sobre el egoísmo, de la vida sobre la muerte) que es un auténtico comienzo nuevo radical: o creer o no creer.

Evidentemente, no se trata de creer en el hecho sin más, como si uno tuviese que creer en los extraterrestres o que en el cementerio han comenzado a levantarse los cadáveres de los sepulcros. Se trata de la fe que da vida al corazón, es decir, desde la que cambia radicalmente el sentido de la vida. En efecto, si Jesús ha resucitado, la muerte ha sido vencida, y lo que Él decía es verdad, y el proyecto de Dios que Él inició está en marcha...

La resurrección significa que Jesús vive (Lázaro revivió para volver a morir) y, por lo tanto, que Él tiene la última palabra, que puedo confiar absolutamente en Él, que puedo encontrarme con Él personalmente.

¿Crees o no crees que Jesús de Nazaret, el que anduvo por Palestina a comienzos de nuestra era, el que murió bajo Poncio Pilato, vive?

No se trata de imaginar cómo vive, sino de abrir los ojos de tu corazón (la fe, no la imaginación) a Su presencia. Aunque te parezca que dudas, que tu fe es pobre, que no sientes nada especial, dile: ¡MI SEÑOR!

"Nadie puede decir 'Jesús es Señor sino bajo la acción del Espíritu Santo" (1 Cor 12).

2. Ahora es cuando puedes leer 1 Cor 15, reflexionando sobre este texto, que te ayudará a situar tu fe en la Resurrección.
- Por un lado, la insistencia de Pablo en el acontecimiento real de la Resurrección. Por otro, en sus consecuencias existenciales.
- Cómo se trata, simultáneamente, del testimonio de la Iglesia, apoyado en las apariciones a los discípulos, y por otro, en la experiencia personal de la fe en Jesús, sin necesidad de apariciones.
- Cómo la Resurrección significa el cumplimiento del AT y el comienzo del mundo nuevo, mientras esperamos el futuro último, la vuelta del Resucitado al final de la historia. Ahí se sitúa la experiencia y la misión del cristiano.

3. Termina orando con Lc 24.

Deja para otro momento las cuestiones racionales que te suscitan los relatos de apariciones. Procura captar su sentido profundo.

Detente especialmente en el relato de la aparición camino de Emaús.
Algunas pistas:
- También para los discípulos fue un sin sentido haber puesto tanta esperanza en el libertador Jesús y encontrarse con su fracaso.
- ¿Tienes alguna experiencia de sufrimiento en que, al cabo de cierto tiempo, has comprobado lo "necesario" que era?

- Quizá te sientas identificado con ese camino que recorren los peregrinos, iluminados por la Sagrada Escritura; cómo, sin ellos darse cuenta, todo adquiere una nueva luz; cómo se nota el cambio del corazón... ¿No es algo de esto el proceso de maduración en la fe que estás haciendo?

Hay muchos modos de encuentro personal con Jesús: acoger al que va de paso, compartir, celebrar la Eucaristía (la fracción del pan, en todas sus formas)... ¿Recuerdas alguna experiencia especial de presencia de Jesús en tu vida?

4. Ilumina este tema con las siguientes lecturas:

CON OJOS JANERIANOS:

* PUEDES MIRAR CÓMO ANA MARIA JANER VIVIO LA PASCUA DE JESÚS EN LOS MOMENTOS FINALES DE SU VIDA. Lee y contempla el capítulo 15 de Humanísima.

* El significado de la redención y del hombre nuevo que de ella emerge, han de ser comprendidos desde la óptica del amor, que penetra y da sentido a todo el misterio pascual de Jesús, el Señor. Dios nos redime y salva asumiendo nuestro pecado y entregándonos su ser. De esta forma aparece en la historia una figura nueva: la del amor que se vacía o autoexpropia .
Nuestra misión específica pretende poner de manifiesto, por el ejercicio de la caridad, que Dios está presente y cercano al hombre, que es fidelidad en cualquier situación en que el ser humano se encuentre, para que éste sepa que Dios ha entrado en comunión solidaria con Él.
En síntesis, nuestra misión quiere hacer presente y creíble la cercanía de Dios entre los hombres, por el ejercicio de la caridad, como un servicio gratuito, acogedor y sin distinciones, siguiendo la ley interna del amor manifestado por Cristo en el Espíritu.

Cf. CEM 4.1, 4.2

27 de junio de 2009

Ficha 13: Lectura de la PASION

Es famosa la frase que dice que los Evangelios son unas largas introducciones a los relatos de la Pasión y Resurrección. En efecto, la fe cristiana se resume en lo que aconteció en Jerusalén: que Jesús fue juzgado, condenado a muerte, crucificado y sepultado, y que al tercer día resucitó. Sin embargo, no se trata de creer en los hechos desnudos, sino en lo que esos hechos revelaron y siguen revelando: la llegada del Reino. Dicho de otra manera, que en lo acontecido entonces se ha realizado para siempre la Salvación, de tal modo que hoy me atañe directa y personalmente a mí y a todos los hombres. Por eso releemos y meditamos y celebramos permanentemente en la comunidad cristiana dichos acontecimientos.

1. Lee y medita Lc 22-23.
Algunas pistas...:

— Es probable que esta lectura la hayas hecho otras veces ¿ Te ha parecido nueva la lectura que acabas de hacer? ¿En qué?
- Pablo resume la Pasión de Jesús y su experiencia en esta frase: "Me amó y se entregó por mí" (Gal 2). ¿Qué te dice a ti esta frase?

- ¿Hay algún personaje con el que te sientes especialmente identificado? ¿Por qué?

2. Vuelve a leer Lc 22-23

- Cada escena tiene su unidad y contiene su propio mensaje.
- No se trata de "darle a la cabeza", descifrando el mensaje, sino de dejar que la escena sea percibida en su densidad humana y divina. Es entonces cuando resulta actual.
Por ejemplo: Que Jesús calle ante Heredes no es sólo una anécdota; manifiesta ¡tantas cosas!...

- Exige, pues, un clima orante.
- Al final de toda la lectura, deja que broten de dentro esos sentimientos básicos que muestran el significado real que tiene para ti la pasión y muerte de Jesús: agradecimiento, arrepentimiento, confianza, súplica...

3. Complemento casi necesario:
- Salmo 22 (21).
- Is53.

4. ¿No tienes ahora la sensación de vértigo, de que Dios debe estar loco por nosotros al haber llegado hasta ahí?
Ora con Jn 13. Sin duda, después de este recorrido, tendrá resonancias especiales.

5. Ilumina estos momentos de oración con las siguientes lecturas:




CON OJOS JANERIANOS!!!

* Los janerianos podemos mirar a Ana María Janer en momentos de su vid en que se asoció especialmente a la CRUZ de Jesús... Ella puede enseñarnos!

Lee los capítulos 12 y 13 de Humanísima.
El amor estable, paciente, fiel y misericordioso, lleva a Ana María a hacerse cargo de las debilidades humanas y a soportar las contrariedades de la vida, con tal de conducir a sus hermanos al Señor. "Amen los desprecios, sin buscarlos ni pretenderlos, sino tomándolos del modo que vengan, por amor a Jesús".
Es la madurez de un amor que, habiendo pasado por innumerables pruebas, ha recibido del Espíritu el don de la magnanimidad.

CEM 2.3.4

25 de mayo de 2009

Ficha 12: El amor al hermano!

Este tema nos introduce en el núcleo mismo del Evangelio y de nuestro carisma. No sólo es revelación e iluminación del sentido de la vida humana, sino transformación y vida.

1. Leer y orar con Lc 10

Este capítulo expresa: el hombre que cree en el Evangelio vive saliendo de sí mismo.

- Si es enviado a anunciar explícitamente la buena noticia del Reino.
- O si su vida consiste en las tareas más ordinarias y anónimas.

El prójimo siempre está ahí.

Es importante advertir el carácter realista que Jesús da al amor: Anda y haz tú lo mismo. Es como si no se fiase de nuestra manía por tener que dar razones para todo y nuestra tendencia a refugiamos en la teoría o en los buenos deseos para sentimos justificados.

2. ¿Por qué decimos que quien está personalizando el Evangelio va haciendo consistir su vida en salir de sí?

- Comienza por distinguir el amor al prójimo como ley y el amor al prójimo como vida. Aquél se impone desde fuera, y aunque sea realizado con responsabilidad, sólo suscita un orden de conducta, no nos hace "buenos" por dentro.
- El Evangelio es real si toma al hombre entero, y en la medida que da un sentido a su vida, le hace experimentar la salvación y desencadena un proceso de liberación, cambia la actitud radical hacia el otro, que comienza a ser persona, a tener rostro, a ser alguien para mí, a ser un tú viviente, que goza y sufre, tiene necesidades y al que necesito...

El Evangelio es real cuando la fe no se alimenta de fantasías ni disocia lo espiritual y lo material, lo divino y el mundo en que vivimos, la oración y la acción, sino que todo va unificándose por dentro, precisamente, en el amor, porque la calidad de la vida consiste en dar calidad a todo lo real. Cada vez vives menos de proyectos ideales, de objetos imaginarios, y te parece más importante lo que tienes entre manos, mejor dicho, las personas concretas con quienes convives o que te salen, inesperadamente, al paso, especialmente, esas que el Evangelio va descubriéndonos como las preferidas de Dios.

Salir de sí es el movimiento íntimo de Dios al enviamos a su Hijo; es el estilo de Jesús, abierto al Padre y entregado a los hombres; la fuerza del Espíritu Santo, que nos libera de nuestro egocentrismo. Lo cual se realiza cuando nos encontramos (como el samaritano) con alguien que está en la cuneta y, sin más, salimos de nosotros mismos y subordinamos nuestros intereses a los del otro.

3. Con el amor al prójimo ocurre como con todas las cosas importantes de la vida: si vamos cambiando por dentro será el primer sentimiento que aflore; pero será lo último que aprendamos a realizar. ¡Hasta que amemos como el Padre con medida generosa, rebosante! (cf. Lc 6, 35-38).

Concretemos nuestra reflexión:
- ¿Quién es tu prójimo en este momento, a la luz de la parábola del samaritano?
- Valora, agradece, alégrate de este cambio de tu corazón, que va aprendiendo a no juzgar, a ver a las personas como algo muy valioso, a ser bueno con los que te cargan, a ser cariñoso con los que te molestan, a compartir tiempo y bienes materiales, culturales y espirituales...

- ¿Puedes discernir cómo está produciéndose en ti esta sabiduría del salir de ti mismo, que ya no sientes como una obligación, sino como sentido de tu vida y fuente de libertad?

4. Ilumina tu oración y discernimiento con las siguientes lecturas:

* Salvífici Doloris (de Juan Pablo II) EL BUEN SAMARITANO
Nº 28-30
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_letters/documents/hf_jp-ii_apl_11021984_salvifici-doloris_sp.html

Con ojos JANERIANOS:
Es notoria en Ana María Janer, su capacidad para salir de sí misma e ir al encuentro del prójimo necesitado. "Yo recojo a todos los que tienen necesidad y están heridos”. Asume la situación ajena como propia, hasta el punto de identificarse con ella y de descubrir allí la presencia de Jesucristo. De esta forma, vive en plenitud aquello que el mismo Señor nos dice acerca de¡ juicio último sobre el amor.

CEM 2.3.2

15 de marzo de 2009

Ficha 11: Seguir a JESÚS!!!

1. Continuando con el tema anterior, la maduración de la fe se centra en descubrir y aceptar al Mesías tal como Dios lo revela, fijando nuestra mirada en Jesús.
Para ello, puede ayudarte dos momentos de oración con dos textos:

- Mc 8, 31-9,1

Jesús habla claramente de su destino: la Cruz.
En Pedro nos sentimos perfectamente reflejados.
La reacción de Jesús, enfrentándose con Pedro, nace de la hondura de su obediencia al Padre y de su sufrimiento ante la incomprensión de los suyos.
Soledad de Jesús, cada vez más total.
Todo creyente está llamado a perder la vida por ganarla.

- Lc 9, 28-36

Jesús subió a orar. Había fracasado su intento de traer el Reino mediante la liberación del amor. Necesita aclararse.
Una vez más, como siempre, dijo sí al Padre, que le hacía entrever la culminación de su misión en la muerte. Entonces se reveló su gloria, ¡cómo pertenecía Él al Padre!
Un Mesías crucificado parece la gran ruptura con todo lo soñado. Pero Moisés y Elías lo confirman; el AT entero está atravesado por la ley de salvación mediante el sufrimiento.

(Se puede leer, como complemento, Heb 11-12).

Pedro insiste en sus sueños mesiánicos... Nuestro pobre corazón humano cargado de sueño, torpe, hambriento de felicidad, seducido por el brillo superficial de las cosas...
Un día seremos introducidos en la nube y escucharemos la voz del Padre que da testimonio del amor de su Hijo hasta la muerte.

Pidamos al Espíritu Santo oídos para oír la voz del Padre y ojos para ver la gloria del Reino en este camino de rebajamiento.

2. El mejor modo de trabajar este tema no es hacer el análisis de nuestros miedos o de nuestros impulsos. Es probable que aparezcan los sentimientos contrarios: de echarnos para atrás ante semejante panorama o de desear imitar a Jesús, compartir con Él su amor generoso y despojado de todo.
Lo mejor es vivenciar todo aquello, aunque sea pobre y pequeño, que nos ayude a identificarnos con Jesús:

- Qué realidades estamos viviendo ahora mismo, de las que tendemos a
huir, pero que sabemos que nos obligan a salir de nosotros mismos, y por intuición, que nos ayudarán a crecer.
- Recordar alguna herida a la que no terminamos de dar sentido. Pedir el Espíritu Santo para que, mirando la Cruz, comencemos a "comprender".
- ¿Por qué no intentas asimilar las actitudes de Jesús en esa situación concreta que te molesta? ¿Qué haría Jesús en tu lugar?
- Cuando el amor comienza a ser evangélicamente libre, suele comenzar a sentir una serie de preferencias, que por sí mismas chocan con nuestro modo natural, por ejemplo, preferir callar a excusarse, preferir tener en cuenta a los ancianos y enfermos, o a las personas de convivencia difícil, preferir compartir lo que se tiene, preferir dar a recibir...

3. Ésta es la única pregunta de discernimiento que se pide en este momento: ¿Conoces la alegría de dar sin recibir, de amar ocultamente, de sacrificarte por los demás, de preferir la fe oscura a la fe sensiblemente gratificada?

No hace falta pensar en cosas heroicas y extraordinarias, sino de la vida ordinaria, por ejemplo, la satisfacción íntima de perder el tiempo escuchando problemas ajenos. Piensa también en el sentido de tu misión de animador janeriano.

4. Ilumina esta oración y este momento del proceso con las siguientes lecturas:

* Novo Millennio Ineunte (de Juan Pablo II) Nº25-26 Rostro doliente http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_letters/documents/hf_jp-ii_apl_20010106_novo-millennio-ineunte_sp.html



* Documento de Aparecida, capítulo 4 (Nº 140)
"Identificarse con Jesucristo es también compartir su destino: "Donde yo esté estará también el que me sirve" (Jn 12,26). El cristiano corre la misma suerte del Señor, incluso hasta la cruz... Nos alienta el testimonio de tantos misioneros y mártires de ayer y de hoy en nuestros pueblos que han llegado a compartir la cruz de Cristo hasta la entrega de su vida."


CON OJOS JANERIANOS:


Ana María tiene una experiencia peculiar de la caridad divina, contemplada en la persona de Cristo: el amor que, al despojarse de sí mismo, redime y salva al hombre dejando en él la impronta de su mismo Ser. Porque el Hijo del hombre "no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos". CEM 1.3